esclavos del relieve que la luz estampa en
tu silueta
y define los límites entre lo bello y lo mundano.
Un bonito recuerdo, una tormenta de incoherencias, lo único verdadero y claro es el mismo inicio aturdidor, desolador y confuso origen en el que no se que hacer, decir, y de lo que más se me da en estos estados joviales, escribir.
The kiss: Gustav Klimt |