esclavos del relieve que la luz estampa en
tu silueta
De mi cuerpo el recuerdo, una maraña neuronal
sediciosa de amor, presa de tu belleza.
Catador de colores
descaecidos por la más sublime maravilla,
imprimo en mis retinas los matices de tu encanto,
efímeros momentos pero sin
embargo aquí presentes.
Desahuciado por mi condición de confidente,
recluido de
todo posible destello de tú cariño.
Despierto solo por emociones súbitas,
vitales, necesarias…
innegables;
me das un aliento ilegible,
sutil esperanza que mora en mí agonía.
Y
ahora silente, aguardando despertar
para
arrebatar con fortuita vehemencia de tu alma el preludio,
de tus labios un
beso, calmar mis ansias y eludir el fatal destino del olvido.
Sentimientos
sediciosos de perpetuarse en tu memoria un limbo
y con ansias febriles, entrelazar tu alma y
mi corazón.
Nelson Avellaneda
Nelson Avellaneda
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